Segundos Fuera
"Los personajes de Segundos fuera son: Ella: Lola Herrera, Él: Francisco Valladares. Los dos enfrentados en un juego donde el ratón termina comiéndose al gato. Con un diálogo vivo, sabroso, Creyton consigue un «tour de force» al escribir una comedia que, tratando de un tema nada original como es el amor, sea, sin embargo, original.
Nuestros protagonistas hablan, discuten, ríen, lloran, se enfrentan entre ellos y consigo mismo para, al final, comprender que en el fondo de su corazón guardan siempre un sentimiento mezcla de amor y amistad que nunca podrán olvidar. Las situaciones que ha creado Creyton son a cual más divertidas y aún en los momentos más tensos de la comedia termina prevaleciendo siempre el humor. Ella es Lola Herrera. Él es Francisco Valladares. Los dos son nuestro dúo trenzado con humor.
Lola Herrera nos regala, una vez más, una interpretación espléndida. Todo en ella es energía, vitalidad, inteligencia, sus réplicas, sus silencios son una verdadera lección de saber estar en el escenario.
Francisco Valladares es un Don Juan, fuerte, pero débil, aparentemente seguro pero en el fondo inseguro. Su sentido del humor hace que su interpretación sea una verdadera delicia.
La dirección de Ángel García Moreno llena de matices y de «gags» y enemiga de la monotonía, sirve con gracia y rigor la comedia de Creyton."
Presentación de la obra por Juan José Arteche.
En la crítica de Lorenzo López Sancho para el ABC titulada "«¡Segundos fuera!» divertidos asaltos de dos brillantes actores en el «ring»" dice de Paco: "Valladares, en un momento de gran madurez, logra expresar la ambigüedad sexual y moral de George sin pasarse un pelo. Exacto. Perfecto siempre en los tonos. Sosegado, irónico, como conviene al carácter de un hombre ambiguo pero atractivo por su serenidad, por su tranquila aceptación de los contraluces del amor, las superaciones de los celos, las crueldades disimuladas de la ironía."
Preguntado por el periodista Carlos Dávila sobre si alguna vez se había quedado en blanco, Paco Valladares contó una anécdota sobre cómo dos grandes actores salen de una situación así: "Yo recuerdo, en una obra que hacía con Lola Herrera, nos metíamos los dos en la cama, una relación adúltera en ese momento, y yo me quedé en blanco, la miré, y como ella no esperaba que yo me quedara en blanco, también se quedó en blanco, y entonces no se me ocurrió otra cosa que decir: «Un momento, ¿has oído?», dice ella, «Sí, ¿qué?», «Voy a ver», salí de la cama, y de la escena, le dimos mucho misterio a la cosa, cogí un libro que había por allí, vi por dónde íbamos y volví, «no, nada, creí que era tu marido, pero no», y ya, seguimos normalmente."